Tras cumplir 30 años en ruedo, aunque parezca mentira, autos como el Fiat Tipo ya pueden pasar a la clasificación de autos clásicos!
Acá va la lista:
Su seis cilindros M20 era algo perezoso por debajo de las 3.500 vueltas, pero sorprendía con un sonido tan contenido como cautivador. El conductor se encontraba en este BMW con un cockpit que rayaba la perfección en su época: salpicadero orientado hacia él, ajustes sólidos y una palanca del cambio de cinco velocidades cuyo manejo era inusitadamente deportivo y preciso en una berlina de ese tamaño.
Renault echó el resto para el desarrollo del sucesor del Renault 9 y el 11. Contó con el mismísimo Giugiaro para su diseño, y concibió un eje trasero de articulaciones ensambladas muy novedoso, para ganar espacio de maletero. Les salió bien la jugada: entre 1990 y 1994 fue uno de los coches más vendidos de Europa.
Ahora ya no se estila, pero en los 80 y los 90, los coupés derivados de berlinas gozaron de bastante éxito. En gran parte se lo deben a este Audi, basado en el Audi 80, pero con dos puertas y un gran portón de maletero, así como asientos traseros abatibles. Fundía exclusividad, deportividad y practicidad.
El Corrado era el modelo de Volkswagen destinado a sustituir a una leyenda del calibre del Scirocco, por eso no escatimó en medios, ni en variantes. Esta de 1988 le daba un plus de radicalidad, con un turbo G. Rendía 160 CV que hoy saben a poco, pero en su día eran una barbaridad para un coche de este segmento y tamaño.
Es uno de los estandartes de las últimas décadas en Opel. El sustituto del Ascona C era una berlina media segura y espaciosa por dentro, con un diseño muy moderno y atemporal (incluso hoy sigue sin verse desfasado). Fue un superventas, con una amplia gama de motores, variantes deportivas e incluso una versión 4x4.
El Kadett GSi era el modelo de Opel para arrebatarle el reinado de los compactos al Golf GTI en los 80 y los 90. Y para muchos, lo logró en parte. El Kadett GSi añadía el “16V”, esto es: un dos litros de 16 válvulas capaz de rendir 150 CV con catalizador.
El pequeño modelo de Mercedes tuvo tanto éxito que se ganó tener su variante radical: este 190 E rendía 195 CV con catalizador. Una burrada de caballos para una berlina de ese tamaño y peso en aquella época, que lo convirtieron en una de las más deportivas de su tiempo. El EVO II, una evolución posterior, fue aún más radical.
Esta generación del mítico Porsche 911 tenía la misión de rescatar a Porsche de la crisis. El grupo motriz y el chasis eran totalmente nuevos, igual que el bóxer de 3,6 litros con catalizador y 250 CV. También estrenó la variante Carrera 4, la primera en la historia de los 'nueveonce' con tracción integral.
Al igual que Mercedes, Audi también quería tener su berlina media deportiva. El V8, con tracción quattro, montaba un 3,6 litros con ocho cilindros en V que rendía 250 CV. Su precio era demasiado elevado y se vendieron muy pocos, apenas más de 20.000. Por eso, hoy, se valora mucho en el mercado de segunda mano.
El Fiat destinado a sustituir al Ritmo era un coche con mucho más carácter, un diseño muy personal de cantos marcados y una plataforma que serviría de base a muchos otros modelos de la marca. Su carrocería en parte galvanizada, su generoso espacio interior y su amplia gama de motores (algunos bastante deportivos) lo convirtieron en un éxito de ventas, en un serio rival para el Golf y le valieron el título de “Coche del año 1989”. Su principal mácula: unos resultados bastante pobres en los crash-test.