La última fecha del Turismo Carretera tuvo lugar el pasado fin de semana en el Autódromo Mouras de La Plata y ya desde la previa contaba con todos los ingredientes para un gran espectáculo. Cuatro pilotos llegaban con chances matemáticas al título, cuatro grandes nombres de la actualidad automovilística como son Facundo Ardusso (gran favorito y puntero del campeonato hasta ese momento), el siempre presente Agustín Canapino y un poco detrás pero con esperanzas de dar un batacazo, "Josito" Di Palma y Gastón Mazzacane.

Las pruebas clasificatorias ya comenzaron a mostrarse como un signo de lo que se estaba arriesgando, ya que Mazzacane se quedó con la pole hasta el domingo (aprovechando que el Mouras es un circuito que conoce como su propia casa) y por otra parte Canapino quedó excluido de las mismas pruebas por haber salido de pista en su lucha por el mejor tiempo.

Con todo esto dado, el domingo se corrieron las series y comenzó a verse el ánimo en los equipos, principalmente preocupación en la escuadra de Renault Torino, que no podían garantizarle un auto rápido a Ardusso, y las esperanzas del Canapino Sport de aprovechar un rendimiento que fue de menor a mayor en todo el campeonato.

La grilla final tuvo a Mauricio Lambiris como poleman, pero todos los ojos estaban puestos en Ardusso (10°) y Canapino (12°) quienes marcarían el ritmo de los otros aspirantes al título. Finalmente, comenzó la última carrera del año para el TC y las diferencias fueron notables: solo tres vueltas le bastaron al Titán de Arrecifes para superar al piloto de Las Parejas y comenzar a gestar la hazaña.

Los sobrepasos no son algo común en el circuito del Mouras, sin embargo, Canapino echó por tierra cualquier predicción y avanzó en las veinticinco vueltas al 4to puesto que le permitió superar por 0.25 pts a Ardusso y así quedarse con su segundo título en el Turismo Carretera luego de ser campeón en 2010 con apenas 20 años (el piloto más joven en lograr dicho premio).

Fue un mérito al trabajo de Alberto Canapino, padre y motorista de Agustín, que preparó un auto digno de ganar el torneo, y también premio al talento y el hambre de gloria de Agustín, que no se dio por vencido en ningún momento.

La mejor postal se dio al final, con el de Arrecifes festejando junto a los hinchas de Chevrolet y Ardusso, que arribó 10° sin poder mejorar el ritmo en ningún momento de la carrera, yendo a abrazar al campeón, demostrando su calidad deportiva y de persona.

De esta manera se cierra un nuevo campeonato donde el final fue inesperado, pero agradecido por todos los fanáticos del automovilismo que disfrutaron de un espectáculo que quedará entre las mejores definiciones de los útlimos años.